Colecistitis aguda

Colecistitis aguda

Es una inflamación de la vesícula biliar.

La colecistitis aguda es la inflamación de la vesícula biliar, el cual es un órgano encargado de almacenar y concentrar la bilis, esta a su vez ayuda a la digestión de las grasas de los alimentos.

Predominantemente aparece como complicación de un padecimiento llamado litiasis biliar o mejor conocida como “piedras en la vesícula” aunque en ocasiones puede presentarse sin ellas esto es aproximadamente del 5% al 10% de todas las colecistitis agudas.

Comúnmente se presenta con dolor abdominal localizado en el abdomen superior o “boca del estómago” y en el abdomen superior derecho justo debajo del arco que forman las costillas, con cierta frecuencia el dolor puede irradiar hacia la espalda y el hombro del mismo lado. Se presenta como un dolor persistente de intensidad moderada a severa, de tipo punzante o cólico y que dura mas de 4 ó 6 horas, frecuentemente puede aparecer después de haber ingerido alimentos sobre todo aquellos con gran contenido de grasas. Otros síntomas asociados que se pueden presentar son fiebre (temperatura mayor a 38°c), náusea y vómito e intolerancia a los alimentos.

El doctor realizara una exploración física con la finalidad de encontrar signos que orienten a diagnosticar una colecistitis aguda o alguna de sus complicaciones, las cuales pueden ser muy graves como lo son la peritonitis, sepsis, obstrucción intestinal y colecistitis enfisematosa, colédocolitiasis, pancreatitis aguda de origen biliar.

Durante tu primera visita al consultorio se te pueden solicitar estudios de apoyo que permiten definir y diagnosticar una colecistitis aguda, entre ellos tenemos a los estudios de laboratorio e imagen.


Entre los estudios de laboratorio el medico puede solicitar una biometría hemática el cual es un estudio que contabiliza a las células que forman la sangre. En pacientes con colecistitis aguda puede haber una elevación de células blancas o leucocitos, estas células son las encargadas de defender a nuestro cuerpo frente a infecciones, y suelen elevarse cuando existe un proceso infeccioso o inflamatorio.


Las pruebas de función hepática o “PFH’s “engloban varios parámetros de laboratorios como los son las bilirrubinas, las cuales son componentes de la bilis y suelen estar elevadas en algunos padecimientos del hígado o en aquellas afecciones que obstruyen al conducto cístico, el cual desemboca en el duodeno y permite el vaciamiento del contenido de la vesícula biliar, en ocasiones un lito o piedra de la vesícula puede escapar y obstruir este conducto.

El ultrasonido de abdomen o USG es un estudio de imagen, rápido y sensible que permite visualizar por medio de ondas vibratorias a los órganos abdominales, su importancia en el diagnóstico de la colecistitis aguda reside en su capacidad para identificar el aumento del grosor de la pared vesicular, la presencia de líquido pericolecistico y edema, así como permite visualizar los litos o “piedras” dentro de la vesícula, algunas de ellas tan grandes que permiten su medición y algunas otras incluso se mueven dentro de la vesícula. En ocasiones el médico radiólogo puede reportar la presencia de “lodo biliar” que es una mezcla heterogénea de bilis, ácidos grasos, colesterol y otros minerales que se precipitan en una sustancia semilíquida que aparenta al lodo.

¿Y qué hago sí sospecho que tengo piedras en la vesícula? ¿O si ya me diagnosticaron?

El tratamiento definitivo es la cirugía, la colecistectomía es la extirpación de la vesícula biliar y de los litos que contenga. Existen dos formas de realizarlo.

La cirugía convencional donde se hace una incisión lo suficientemente grande en el abdomen que permita visualizar y extirpar la vesícula biliar, es un procedimiento con buenos resultados. Dentro de sus ventajas están la gran visualización del campo quirúrgico, la observación y manejo de posibles complicaciones. Dentro de sus desventajas están tiempos de recuperación prolongados, dolor en el sitio de herida quirúrgica, infecciones de la herida, dehiscencias y hernias incisionales.


El segundo método y más utilizado, es la colecistectomía laparoscópica, esto significa que el cirujano usa un “laparoscopio”, un tubo largo y delgado que tiene una luz y una cámara diminuta en el extremo para ver el interior del cuerpo. Para este tipo de cirugía, el cirujano realiza unas pequeñas incisiones en el abdomen que servirán de puertos de trabajo, después introduce el laparoscopio por uno de los puertos de trabajo para realizar la operación. Las ventajas que ofrece esta técnica son heridas quirúrgicas pequeñas que disminuyen las complicaciones infecciosas y de cicatrización con mejores resultados estéticos, menor tiempo de recuperación y menos dolor 


¿Afectará la cirugía la forma en que mi cuerpo descompone los alimentos?

La cirugía no afecta mucho la digestión. Pero aproximadamente la mitad de las personas que se someten a una cirugía presentan síntomas leves posteriormente, como deposiciones blandas, gases o distensión. Estos síntomas suelen mejorar al cabo de pocos días con una dieta adecuada y actividad física.